Engordaba el grano las espigas
y yo trenzaba celajes y cintas
en homenaje al elocuente resplandor
y se multiplicaban las cestas y los panes
estacionándose el enorme sol en su lugar:
Era la morada de la abundancia,
y la de muchas más provisiones totales,
con un predestinado remolino de sellos
inscritos en consciente orfebrería,
sobre cada tronco dispuesto:
sobre cada tronco dispuesto:
Calculaba la inocencia su entrada principal,
en dulce silencio y canto de pájaros escogidos,
mucho antes de las dolorosas imperfecciones
ajenas a la hermosa tez auroleada de la Tierra...
ajenas a la hermosa tez auroleada de la Tierra...
Cualquier día flotaban muy brillantes
los instrumentos de la magia
sobre las mesas de flores y aguas corrientes
¡Y no había retroceso para la Luz!
Sí, un catar de vinos en la espesura y lejanía
...deudas hermosas de la sangre...
Eunice Escalona.
2011
Sí, un catar de vinos en la espesura y lejanía
...deudas hermosas de la sangre...
Eunice Escalona.
2011
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